La diabetes es una enfermedad crónica con una alta prevalencia entre nuestra población, una proporción que varía entre 8 y 12% dependiendo del rango de edad que se mire. Recientemente se publicó un estudio en toda España en el que participamos, donde por primera vez podemos ver de primera mano con datos fiables la prevalencia en nuestro país. Así, la diabetes conocida aparece en el 8% de los casos y la diabetes no se conoce casi alcanza el 4% de los casos (f. Soriguer et al., "prevalencia de la diabetes mellitus y deterioro de la regulación de la glucosa en España: el estudio Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.», Diabetologia, Oct 2011).
La forma más común es la que se conoce como diabetes tipo 2 (anteriormente llamada diabetes adulta), pero también existe una forma que afecta principalmente a los niños (llamado diabetes tipo 1) que, aunque a una tasa mucho menor, tiene un gran impacto e impacto social dado el grupo de edad en el cual afecta. De hecho, es una de las enfermedades crónicas más comunes entre la población infantil. La diabetes es un problema de salud en sí mismo, pero no podemos olvidar que también implica toda una serie de otras enfermedades muy comunes asociadas con ella y que son ambos objetivos prioritarios de nuestro sistema de salud. La obesidad, la hipertensión, la implicación renal o ocular o la aparición de enfermedades cardiovasculares son enfermedades que pueden prevenir o mejorar si tratamos la diabetes. Es por esta razón que una de las principales preocupaciones de cualquier sistema de salud se basa en el desarrollo de estrategias que aborden la manera comprensiva posible a esta enfermedad. Como se puede imaginar, la amplitud de los campos que pueden cubrir la diabetes hace que su enfoque y tratamiento tenga que ser por la fuerza multi-disciplina y de las diferentes áreas de atención a los pacientes en el sistema; desde la atención primaria, con un papel fundamental dado que sustenta el peso de la actividad sanitaria de esta enfermedad, a través de especialistas para casos más complicados o difíciles de llevar, así como varios especialistas que en un momento o otros tienen que intervenir para hacer frente a los comorbiditats que pueden estar presentes (oftalmólogos, nefròlegs, etc.). No podemos olvidar el papel clave que tiene las enfermeras profesionales en el tratamiento y seguimiento de los pacientes con diabetes. El control, tratamiento y seguimiento de los pacientes con diabetes requiere una especialización por parte del personal de enfermería, tanto a nivel técnico de la enfermedad como de abordaje psicológico. No se puede olvidar que la diabetes es una enfermedad con sus propias características, especialmente debido a su crónica, con la aparición de grandes complicaciones crónicas de gran impacto, y las complicaciones agudas que pueden aparecer a cualquier edad y dado tiempo. Por lo tanto es necesario la implicación del paciente en su propio control, y dar autonomía a través de todo el proceso. En Resumen, la diabetes es una enfermedad crónica que requiere una supervisión médica muy prevalente en colaboración con el paciente para su buen control.