La inconveniencia a la extrasístole es una causa para la consulta frecuente a los cardiólogos. La extrasístole es un tipo de arritmia en la cual el latido cardíaco se avanza en la secuencia prevista, en el origen de los tejidos normalmente responsables de generar el impulso cardiaco. Aunque son a menudo colesterol sérico comprobado, este cambio en la secuencia de activación del corazón puede percibir como una sensación desagradable, como una palpitación o un "vuelco" en el pecho, y otras veces como la percepción de una ruptura en el ritmo normal del corazón.
La extrasístole es muy común, incluso en personas que no tienen cardiopatía. A través de un electrocardiograma se detectó extrasístole ventricular en más del 5% de la población, aunque esta cifra es mucho mayor que en las personas que padecen enfermedades cardíacas que pueden presentarse aisladas o agrupadas según determinadas secuencias de comandos Repetitiva. Se vuelven más frecuentes en situaciones de estrés, en presencia de algunas enfermedades y después del consumo de algunas sustancias excitantes.
Sabemos que en ausencia de cardiopatía son las arritmias benignas, que no aumentan el riesgo de complicaciones, aunque pueden volverse muy molestas. En el estudio de estas arritmias el cardiólogo recomienda la terminación de las pruebas para descartar la existencia de una enfermedad cardíaca subyacente que pueda causar o agravarlos. Entre estas pruebas, el ecocardiograma Doppler color tiene un papel clave, permitiendo un estudio detallado de la estructura y la función cardiaca.
A diferencia de muchas otras enfermedades, no se han publicado guías o protocolos acordados, por lo que se espera una cierta heterogeneidad en su manejo por diferentes profesionales. En una encuesta de cardiólogos europeos y recientemente publicada (1), existe una gran coincidencia en las pruebas utilizadas: electrocardiograma, ecocardiograma y Holter ECG son recomendados por una amplia mayoría de especialistas. Con respecto al tratamiento, existe un consenso que, al tratar con una entidad generalmente benigna, tendirem a consumir fármacos sólo cuando la arritmia es muy sintomática, evitando el uso de algunos antiarítmics con mayor probabilidad de efectos secundarios , que debe reservarse para el tratamiento de arritmias más graves.
A pesar de su habitual ciudad, es la preocupación lógica que surge en los que sufren. Una cardiològica de valoración adecuada nos permitirá, en la mayoría de los casos, confirmar la benignidad del proceso.